Procesión del Santo Entierro en Granada (1616-1640)

Ruiz Jiménez, Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
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Resumen

En 1616, se fundaba en la iglesia de Santiago la cofradía del Entierro de Cristo, asociándose a la de Nuestra Señora de las Tres Necesidades que ya tenía en ella su sede. Realizaría su estación de penitencia desde esta iglesia hasta su escisión en 1640, cuando traslade su residencia a la iglesia de San Gil.

Palabras clave

procesión (Semana Santa) , proyecto cofradías , cofradías penitenciales , sermón , caja , capilla de música , cofradía de Nuestra Señora de las Tres Necesidades y del Entierro de Cristo , clerecía , cura , niños , caballeros , trompetas , caja , cofrades penitentes


En la iglesia de Santiago, tenía su sede la cofradía de Nuestra Señora de las Tres Necesidades desde principios del siglo XVI. El 11 de abril de 1616, al parecer impulsada por Diego de Molina, provisor y vicario general de la diócesis, se funda la hermandad penitencial del Entierro de Cristo, aprobándose sus reglas el 16 de abril de ese año quedando ambas corporaciones agregadas como cofradía de Nuestra Señora de las Tres Necesidades y Entierro de Cristo. Fueron los hermanos fundadores: el doctor Ortiz Calderón, Vicente Ferrer y Robles, Juan Vila, Juan Tomás de Larrea, Damián Quixada y Juan Tomás del Arco.

Desde su creación, esta cofradía entraba en "competencia" con la hermandad de la Soledad, fundada en 1548 con la advocación de Nuestra Señora de la Cabeza y Soledad, la cual, en 1551, en virtud de una bula del papa Julio III: "se hizo hermandad canónica de la Soledad, Entierro de Cristo". Con la entrada en escena de la nueva cofradía, dos hermandades compartían y rivalizaban en el culto al Santo Entierro, lo cual generó múltiples disputas hasta muy avanzado el siglo XVIII.

La cofradía que nos ocupa iniciaba su estación de penitencia el Viernes Santo, a las tres de la tarde, después de que hubiera hecho su salida la cofradía de la Soledad y Entierro que residía en el convento de Nuestra Señora de la Cabeza de carmelitas calzados. Aunque era una hermandad abierta, a ella pertenecían numerosos escribanos públicos, clérigos y otra gente notable de la ciudad.  Sus reglas reconocen que es una hermandad “de sangre y disciplina” y que, además de la procesión del Santo Entierro, celebrarían la “Santísima Resuriçión el primero día de Pascua”. Antes de llegar a procesionar perdió su carácter de “hermandad de sangre”. Los actos ceremoniales previos quedan perfectamente descritos en el acuerdo capitular de 18 de abril de 1616:

"Primeramente se ha de poner el Jueves Santo, a media noche, en la iglesia de Señor Santiago en la parte comodada tres cruces en forma de Calvario y en ellas Nuestro Señor y los dos ladrones y el Viernes Santo, a las tres de la tarde, suba un predicador al púlpito y habiendo predicado media hora salgan de la sacristía tres sacerdotes revestidos con sus estolas y suban a descender a Nuestro Señor de la Cruz, quitándole la corona de espinas, dándola a la Virgen que está al pie de la cruz y a la misma de la forma haga los clavos y el predicador vaya predicando los misterios que pasó. Luego baxen a Nuestro Señor y lo pongan en el lecho adonde tiene que ir en processión hasta que llegue a la parte y lugar donde tiene que ser depositado".

Como acabamos de ver, antes de iniciarse la procesión, se procedía a realizar lo que se conocía habitualmente como la ceremonia del Descendimiento o Desclavamiento de la Cruz. Todo apunta a que el Cristo yacente de esta hermandad era articulado y con él se llevaba a cabo la citada ceremonia.

El acuerdo capitular nos proporciona también los detalles del cortejo procesional:

"Primeramente salga de la iglesia de Señor Santiago o de la parte donde estuviere esta hermandad en adelante veinticuatro niños de la doctrina con sus hachas encendidas y la cruz que ellos suelen sacar en los entierros, luego vayan veinticuatro bastoneros con sus túnicas negras y cubiertos los rostros y luego doce hachas amarillas delante del estandarte, ansimesmo los rostros cubiertos y luego ha de ir el estandarte, que lo lleve el hermano mayor y en su ausencia el mayordomo y luego han de ir veinticuatro hachas con el triunfo de la cruz con sus versos en latín… al pie de la cruz la Muerte atada y luego ha de ir sus caxas destempladas y dos pínfanos y sus pendones arrastrados y un general con su bastón arrastrado en forma que se representa la muerte de Jesús”.  

Como vemos, acompañando al paso de la Muerte, elemento iconográfico también habitual en otras cofradías del Entierro de Cristo, iban las cajas, cubiertas con bayetas de paño para apagar su sonoridad, y los "pífanos", probablemente un tipo de trompeta, dos de los instrumentos que vemos con frecuencia en esta tipología procesional. A mediados del siglo XVIII, en ocasiones, ya se los identifica como las "chías", refiriéndose al aerófono como "sordina", que debía ser una trompeta con sordina para atenuar o suavizar su timbre. A ellos, se sumaba el sonido que producía el arrastre de las varas de los pendones y del bastón para acentuar su carácter luctuoso.

A continuación, se colocaban los hermanos del hospital de San Juan de Dios con hachas encendidas y la cruz de la hermandad que sacaban en los entierros, con sus ciriales de plata. Después de ellos, iban doce niños vestidos de ángeles con los pasos de la Pasión con túnicas y capirotes negros y el rostro cubierto y al lado de cada paso de Pasión dos flámulas o gallardetes también arrastradas en señal de luto. Seguidamente, iban las cruces de todas las parroquias llevadas por los sacristanes y todas las órdenes religiosas masculinas de la ciudad por orden de antigüedad portando velas y otros cien clérigos con sus sobrepellices y estolas, igualmente con velas encendidas. Los reyes de armas con sus cotas, puestas en ellas la Pasión de Jesucristo, se situaban delante del "lecho" con el Cristo yacente, llevado por clérigos, y cubriéndolo se disponía un palio negro portado por otros doce clérigos. Tras el Señor iban cuatro "caperos" con cetros de plata y finalmente el sacerdote que hacía el oficio.

Cerrando el cortejo, iba la imagen de Nuestra Señora de las Tres Necesidades, portada en andas "a hombros de los hermanos y cubierta de luto". Tras ella, una capilla de música de "sonidos detemplados", como correspondía al misterio que acompañaba, las tres necesidades de la Virgen al pie del Calvario: no tener escaleras para descenderlo de la cruz, carecer de sudario para amortajar al cuerpo de Jesús y no contar con sepulcro para enterrarlo. 

Los hermanos debían procesionar:

"con muy grande devoción, los rostros tapados, sin puños, ni valonas en las manos, ni petinas, ni medias blancas, ni zapatos blancos y en forma de penitente y en cuya forma ha de salir por la ciudad y andar sus estaciones hasta llegar a la parte donde se ha de hacer la forma de depósito y entierro y allí ha de estar puesto el sepulcro y en él se ha de sepultar y el preste ha de hacer el oficio y incensiar el cuerpo y luego la procesión ha de ir a la iglesia de Santiago. Los hermanos los capirotes caidos y en forma de tristeça y de esta forma se ha de hacer el depósito, haciendo escritura de entrego en la iglesia donde se hubiere de hacer, tomando testimonio de todo". 

Una de las estaciones solía ser en la catedral y el depósito del cuerpo yacente de Cristo se hacía en el convento de Santa Paula, por lo que volvían a la iglesia de Santiago solo con la imagen de la Virgen de las Tres Necesidades.

La procesión interrumpió su estación penitencial entre 1631 y 1632 por decreto del provisor de la diócesis. Tras una crisis económica en 1638, en 1640, según Henríquez de Jorquera, la procesión volvería a salir: 

"Tan grandiosa que le aventajó en grandeza [a la de la Oración del Huerto que salía del convento de San Antonio Abad] con tantas cosas nuevas de la escritura, cargada de tanto primor y con tantas banderolas como pasos. Salió en ella toda la caballería y nobleza de Granada, delante, con hachas, llevando el estandarte el conde de Santisteban, llevando las borlas del estandarte don Juan Luis Ponce de León y otro gran caballero, todos tres de la orden de Santiago. Salieron en el paso de Nuestra Señora todos los escribanos del número de Granada con sus hachas. Fue tan larga que duró de pasar por la Santa Iglesia hora y media con darle priesa la cofradía de la Soledad que sale después".

Ese año la hermandad se escindió, una parte de los hermanos se quedaron en la iglesia de Santiago, con la imagen de las Tres Necesidades, y el resto, los del Entierro de Cristo, trasladaron su sede a la iglesia de San Gil.

Véase: http://www.historicalsoundscapes.com/evento/454/granada/es.

Este evento forma parte del proyecto de cartografía digital de las cofradías de la ciudad de Granada. Para más detalles, véase: http://www.historicalsoundscapes.com/evento/1216/granada/es.

Fuente:

Archivo Histórico del Arzobispado de Granada, leg. 8F, piezas nº 4 y nº 7; leg. 17 F, pieza 71.

Bibliografía:

Chica Benavides, Antonio de la. Gazetilla Curiosa o Semanero Granadino, IX  (4 de junio de 1764). 

Henríquez de Jorquera, Francisco. Anales de Granada. Granada: Publicaciones de la Facultad de Letras, 1934, 846-847.

Guerrero Vílchez, Álvaro. "El pleito entre las cofradías del Santo Entierro de Granada, mucho más que un enfrentamiento puntual", Tiempos modernos 38 (2019), 121-137.

http://apaibailon.blogspot.com.es/2013/10/hermandad-del-sagrado-entierro-de-ntro.html.

Creado: 25 Mar 2016
Modificado: 30 Ene 2022
Referenciar: Ruiz Jiménez, Juan. "Procesión del Santo Entierro en Granada (1616-1640)", Paisajes sonoros históricos, 2016. e-ISSN: 2603-686X. https://www.historicalsoundscapes.com/evento/453/granada.
Recursos

Cristo yacente del Santo Sepulcro

Nuestra Señora de las Tres Necesidades (imagen primitiva). Fotografía de Antonio Padial Bailón

Nuestra Señora de las Tres Necesidades (1753)