Representación teatral para celebrar el nombramiento de Onésimo de Salamanca como arzobispo de Granada (1753)

El teatro que se representaba en los colegios jesuíticos tenía una función tanto educativa como moralizante. Los escolares de estos colegios eran los actores que daban vida a los personajes de obras con frecuencia escritas y dirigidas también por miembros de la Compañía de Jesús. A las representaciones acudían padres, familiares y amigos de los alumnos, pero también estaban abiertas al pueblo. La escenografía, tramoya y vestuario eran suntuosos y muy cuidados y la música y la danza tienen, en ocasiones, una presencia bastante destacada sin que estas últimas hayan sido objeto de un estudio monográfico.

En la Biblioteca Nacional de España se conserva un volumen con varias obras escénicas de origen jesuítico, cuatro de ellas de Gabriel Ruiz, alumno y maestro del colegio de San Pablo en Granada, escritas para la fiesta que el colegio de la Compañía de Jesús organizó para dar la bienvenida al nuevo arzobispo Onésimo de Salamanca.

“Loa, coloquio, contraloa y entremés executados en el colegio de San Pablo de Granada en honor del Yllm. Sr. D. Onésimo Salamanca, dignísimo arzobispo de Granada. Su auctor el muy reverendo padre maestro Gabriel Ruiz de la Compañía de Jesús”. En la portada, el coloquio Io y Mercurio es denominado también “drama alegórico” y nos precisa la fecha y motivo de su interpretación: “con que las escuelas del Colegio de San Pablo de la Compañía de Jesús de Granada celebraron el día 7 de febrero de 1753 al nuevo dignísimo prelado el Illmo. S. D. Onésimo de Salamanca, arzobispo de dicha ciudad”. En medio de esta obra se representó el entremés de Juan Cazuela. Las secciones musicales son muy significativas con pasajes solistas, probablemente recitativos y arias, y corales. Los textos didascálicos nos proporcionan interesantes detalles de la tramoya, efectos, vestuario e interpretación musical: “suena ruido de furia y terremoto dentro”, “canta con música horrísona”, “música melancólica dentro”, “aparece Mercurio en el centro del coro en traje de pastor, tocando una flauta”, “sale por el escotillón una Furia, traje negro, sierpes por cabellos y en la mano una gran tea encendida”, “suena dentro música alegre, alternando Mercurio con el coro de Ninfas”, “cantan y bailan”, etc. Tras la contraloa: “Sale la contradanza y se da fin a todo”. Como es habitual en el teatro jesuítico, desconocemos el compositor de la música incidental para esta representación que bien pudo ser alguno de los maestros que dirigían cualquiera de las capillas musicales en la ciudad.

En la Biblioteca Nacional se conserva otra copia decimonónica de esta obra hecha de un manuscrito también del siglo XVIII pero distinto del que hemos citado (presenta pequeñas diferencias textuales en las didascalias). Perteneció a la biblioteca particular de Francisco Asenjo Barbieri, el cual nos deja la siguiente anotación:

“Contiene este volumen los dramas músicos siguientes, cuyos autores pertenecen a la Compañía de Jesús del siglo XVIII... Io y Mercurio, en tres actos, con Loa y Contraloa, representado en Granada. Estos son copias mandadas sacar por mí de otras de letra del siglo XVIII que obran en poder de mi amigo Don Sebastián de Soto, y en un tomo en 4º pergamino que es el nº 110 de la colección de Mss. Que tiene dicho señor en su rica biblioteca en Labra (Asturias), formada por su difunto padre Don Felipe de Soto Posada. Madrid, septiembre de 1871. Francisco Asenjo Barbieri [rúbrica]”.

Según Francisco Aguilar Piñal, en Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII, vol. 7, pp. 337-338, existe otra copia de las obras de Gabriel Ruiz que debe ser la que poseía Sebastián de Soto en Labras (Asturias), ya que se encuentra en la Biblioteca Universitaria de Oviedo (Mss. 245).