Musicians from the royal chapels who travelled to Córdoba during the court's stay in that city (1570)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Abstract
In 1570, King Philip II spent two months residing in the city of Córdoba. Accompanying the monarch to Córdoba were Archdukes Rudolf and Ernest, as well as a large entourage that included numerous members of the royal household, among them some of the musicians who were part of the Spanish and Flemish musical chapels and trumpeters and drummers who were attached to the Caballeriza. A series of royal provisions allow us to know the names of a good number of the musicians who made up the royal cortege.
Keywords
royal entry , mass , journey , Holy Week , feast of the Resurrection (Easter Sunday) , Cortes of Castile , sermon , Felipe II (king) , music chapel of the capilla real (Madrid) , trumpets , drum player , Guido Godefroy (assistant chapel master) , Jacques Gerardi (singer) , Adrien van Cauwenhoven (= Adren van Couwenhoven, singer) , Mathias Wanloo (singer) , Jan de Nalines (chaplain, singer) , George Bontefleur (singer) , Nicaise Houssart (singer) , Gilles du Clermortier (singer) , Pompeo di Russi (copyist) , Géry Marchant (chaplain, singer) , Jan de la Oultre (chaplain, singer) , Louis Souguenet (chaplain, singer) , Guido Godfroyt (= Guy Godefroy, singer) , Eustache Flamen (alto, singer) , Pascasio Renart (singer) , Melchor de Valdés (alto, chapel master) , Jerónimo de Talamantes (soprano) , Pedro de Salazar (bass) , Ginés Láinez (alto) , Lázaro Velázquez (basse) , Luis López Garabatea (alto) , Mosén Antón Serrano (tenor) , Francisco de Prado (alto) , Cristóbal Serrano (singer) , Pedro Gelós (tenor) , Antonio de Acosta (alto) , Bernaldo Monje (choirboy, singer) , Gaspar de Arratia (choirboy, singer) , Juan López I (choirboy, singer) , Mateo Fernández (choirboy, singer) , Alonso de Almaraz (singer) , Pedro Beltrán de la Cueva (singer) , Hernando de Cabezón (organist) , Cristóbal de León (organ builder, tuner) , Jerónimo Durán de la Cueva (composer, chapel master) , Gaspar de los Reyes (organist) , Juan Rodríguez (organist)
Como consecuencia de la revuelta morisca de las Alpujarras, desencadenada en 1568, Felipe II decide trasladarse a Córdoba para poder hacer un seguimiento más directo y cercano al punto del conflicto. La entrada en la ciudad se efectuó el 22 de febrero de 1570 por la llamada puerta del Puente, remodelada y embellecida para la ocasión por el arquitecto Hernán Ruiz III.
El acontecimiento más importante que tuvo lugar en la ciudad durante la estancia del rey fue la celebración de Cortes de Castilla, las cuales habían sido convocadas el 27 de noviembre de 1569. La jornada inicial tuvo lugar el 24 de febrero en la “posada del Ilmo. y reverendísimo señor don Diego de Espinosa, cardenal de Sigüenza, presidente del Consejo Real de su majestad y de las Cortes y su inquisidor general”. El día 25, Diego de Espinosa, acompañado de los procuradores, siguiendo el protocolo y el orden establecido, se dirigieron al palacio episcopal, lugar en el que el monarca se alojó durante su estancia en Córdoba:
“Llegaron a palacio, donde hallaron puesta en una pieza del aposento de su majestad, en un estrado de una grada en alto, una silla de terciopelo negro debajo de un dosel de la misma manera, y bajo dicha grada, fuera del dosel, otra silla de terciopelo negro; ansimismo, y apartados de las dichas sillas como ocho o diez pies de cada parte dos bancos largos, cubiertos de paños de verduras, y a fin dellos, en el medio, enfrente de la silla de su majestad, un banquillo pequeño cubierto de la misma manera. Su majestad salió de su cámara a la dicha pieza y con él y en su acompañamiento los dichos Illmo. Cardenal y asistentes, don Gómez de Figueroa, duque de Feria, capitán de su guarda, y don Antonio de Toledo, prior de San Juan, su caballerizo mayor, y don Íñigo López de Mendoza, marqués de Mondéjar, y don Luis Manrique, marqués de Aguilar, y don Fadrique Enríquez de Rivera, mayordomo ordinario de su casa, y algunos gentiles hombres de su cámara y otros señores y el licenciado Alvar García de Toledo, alcalde de su casa y corte”.
El lunes, el escenario de las Cortes se trasladó a la capilla de San Clemente, en la catedral:
“Lunes, veinte y siete días del mes de febrero del dicho año, el dicho Illmo. Cardenal salió de su posada acompañado de los dichos señores asistentes y del reino y fue a la iglesia mayor, a la cuadra del capítulo, lugar diputado para las dichas cortes, donde estaban puestos bancos cubiertos de paño y una silla en medio dellos, a la cabecera, debajo de un dosel de terciopelo morado. Su señoría se sentó en la dicha silla, con una mesa delante y en ella una cruz y un misal abierto, por do estaban escritos los santos evangelios…”.
Sobre el citado misal, los procuradores efectuaron el juramento de guardar secreto de todo lo que se tratara durante las sesiones de las Cortes. Se acordó que se reunirían, en el mismo lugar, dos veces al día, de las 9 a las 11 de la mañana y de las 3 a las 5 de la tarde. El 2 de marzo, se acordó que a partir del día siguiente se reunieran solo por la mañana, “excepto que los miércoles y viernes se junten por la tarde por razón de los sermones, y que todos los días a las tardes y a las mañanas los miércoles y los viernes se junten los que se diputaren para ordenar los capítulos generales, lo cual se haga mientras que el Reino otra cosa acuerda”. Se pagó al capellán [blanco] de la Cruz tres reales por cada una de las misas que había dicho “al Reino”, es decir, durante el tiempo que se prolongaron las Cortes, las cuales, probablemente, se oficiaron en la propia capilla de San Clemente, sala capitular en la que se desarrollaron las reuniones.
Las sesiones de las Cortes Castellanas continuaron hasta el día 18 de marzo y no se reanudaron hasta el 29 de marzo. En la sesión de la tarde del 14 de abril, se debatió sobre en qué lugar se acabarían las sesiones de las Cortes, ya que el rey tenía pensado ir “con mucha brevedad a Sevilla… están resueltos en irse dentro de ocho o diez días”. En la discusión sobre el alzamiento de las Cortes se señala “por ser tan necesario y conveniente la salida de aquí [de Córdoba] a la salud de su majestad, que tanto más que otras cosas importaba…”. Pedro Melgosa, procurador de Burgos, propuso que las Cortes se terminaran en Madrid; Pedro Manrique, igualmente procurador por Burgos, sugirió que siguieran durante doce o catorce días más en Córdoba, con lo cual se podrían terminar, lo cual fue suscrito por otros procuradores. El 20 de abril, Diego de Espinosa comunica la resolución de Felipe II de que las Cortes se reanudaran en Madrid el 15 de junio, fecha en la que el rey podría estar de regreso en esa ciudad. La última sesión celebraba en Córdoba fue la del día 21 de abril y las sesiones no se prosiguieron en Madrid hasta el 31 de julio de 1570. El monarca entró en Sevilla el 1 de mayo, tras haber pasado por la ciudad de Écija.
Con el rey llegaron a Córdoba los archiduques Rodolfo y Ernesto, así como un nutrido séquito en el que iban numerosos miembros al servicio de la casa real, entre ellos algunos de los músicos que se integraban en las capillas musicales española y flamenca y trompetas y atabales que dependían de la Caballeriza, los cuales convivirían durante dos meses con los aproximadamente 50.000 vecinos con los que contaba la ciudad.
Una serie de provisiones reales nos permiten conocer los nombres de un buen número de los efectivos musicales que integraban la comitiva real. Básicamente son órdenes de libramientos a los músicos “que nos van a servir a la ciudad de Córdoba”. Las tres primeras tienen fecha de 5 de enero de 1570. El dinero debía pagarse de “las penas de cámara” y de “condenaciones hechas para pasajes de religiosos a las nuestras Indias”, las cuales estaban bajo el control de Antonio de Cartagena, receptor del Consejo de Indias. Se han conservado tres de estas órdenes:
- La primera señala que debían pagarse a “maestre Guis God de Froy [= Guido Godefroy] teniente de maestro de nuestra capilla flamenca” dos libramientos de 750 ducados (281.250 maravedís) cada uno, para que los repartiera entre los cantores de esta capilla.
- La segunda precisa que se pagarían a Luis Manrique, limosnero mayor, dos libramientos de 500 ducados (187.500 maravedís) para que los “reparta a los cantores de nuestra capilla española que van a nos servir en esta jornada de Córdoba”.
- La tercera indica que se pagarían a Hernando de Vivanco, furriel mayor de las Caballerizas reales, 300 ducados (112.500 maravedís), para que “los dé y reparta entre los nuestros trompetas españoles e italianos y atabaleros tudescos que fueren en nos servir a esta jornada de Córdoba”.
El resto de las órdenes son para que se efectúen los libramientos que por falta de fondos, ausencias o fallecimientos no se habían producido y es en ellas en las que se enumeran una buena parte de los músicos que se desplazaron a Córdoba, alguno de ellos desconocidos. Están fechadas entre el 20 de enero de 1574 y el 15 de febrero de 1585. A continuación listaré sus nombres agrupados en sus respectivas capillas:
* Capilla Flamenca (a cada uno le correspondieron 13.362 maravedís):
- Guis God de Froy [= Guido Godefroy, teniente de maestro de capilla]
- Juan Gerardo (= Jacques Gerardi, cantor).
- Adrian Caben homen (= Adrien van Cauwenhoven = Adren van Couwenhoven, cantor).
- Matías Baloo (= Mathias Wanloo, cantor).
- Juan de Nalines (= Jan de Nalines, capellán de altar, cantor).
- Giorgio de Bonte Clerer (= George Bontefleur, cantor).
- Nicasio Housar (= Nicaise Houssart, cantor).
- Gille de Cler Mortier (= Gilles du Clermortier, cantor).
- Pompeyo di Rassi (= Pompeo di Russi, era copista de la Capilla Real).
- Pedro de Pablm Court (Pierre du ¿?, cantor).
- Géry Marchant (capellán de altar, cantor).
- Juan de la Outre (= Jan de la Oultre, capellán de altar, cantor).
- Loys Seriguenet (= Louis Souguenet, capellán de altar, cantor).
- Gregorio Dechat (Gregoire de ¿?, cantor).
- Guido Godefroy (= Guido Godfroyt = Guy Godefroy, cantor).
- Lamberto Poson (Lambert ¿?, cantor).
- Estacio Flamen (= Eustache Flamen, cantor contralto).
- Maese Fan Çelemetre (¿?, cantor).
- Pascasio Renart (cantor, fallecido en 1585, cobró su heredero Juan Renart).
* Capilla española (a cada uno le correspondieron 8.928 maravedís)
- Melchor de Valdés (contralto).
- Gerónimo de Talamantes (tiple).
- Pedro de Salazar (bajo).
- Ginés Láinez (contralto).
- Lázaro Velázquez (bajo).
- Luis [López] de Garabatea (contralto).
- Antón Serrano (tenor).
- Francisco de Prado (contralto).
- Cristóbal Serrano.
- Pedro de Gelós (tenor).
- Antonio de Acosta (contralto).
- Bernaldo Monje.
- Gaspar de Arratia.
- Juan López.
- Mateo Fernández.
- Alonso de Almaraz.
- Pedro Beltrán de Guevara.
- Hernando de Cabezón (organista).
- Cristóbal de León (templador y organero)
No se ha localizado ningún documento que dé cuenta de los los trompetas bastardas de la escuela española, de los clarines de la escuela italiana y de los atabaleros alemanes que se desplazaron con la corte.
Poco sabemos de los festejos y protocolo de la entrada del monarca en Córdoba y de su actividad en la ciudad. Luis Cabrera de Córdoba, en su libro Filipe Segundo, Rey de España, nos proporciona una de las escasas referencias a los movimientos del rey: “Pasó la Semana Santa en San Jerónimo y la Pascua oyó misa en la catedral, mirando su antigüedad y manera de edificio arábigo, quiso ver el sepulcro del señor rey don Alonso que murió en el cerco de Algeciras... y el del rey don Hernando…”. La Pascua de Resurrección cayo el 26 de marzo de 1570, lo que nos proporciona unas fechas precisas para su estancia en el monasterio de San Jerónimo de Valparaiso, que se encuentra a unos diez kilómetros de la ciudad.
Los repertorios musicales y los escenarios domésticos, sacros y callejeros en los que se interpretaron, más allá de los ya citados, quedan a la especulación, pero el elevado número de músicos llegados a la ciudad y los dos meses de residencia en Córdoba parecen sugerir la posibilidad de fructíferos intercambios con los músicos locales. El maestro de capilla de la catedral, en ese momento era el compositor Jerónimo Durán de la Cueva y los organistas Gaspar de los Reyes y Juan Rodríguez, en calidad de ayudante o suplente. La misa de la Pascua de Resurrección parece un acontecimiento lo suficientemente relevante para pensar en la participación de los músicos al servicio del rey y de los integrantes de la capilla de la catedral, como ya había ocurrido en otras visitas del rey a ciudades castellanas. La Semana Santa en el monasterio de Valparaiso pudo ser otro escenario para la incorporación de los efectivos musicales reales junto a los monjes de este cenobio jerónimo.
La presencia de Hernando de Cabezón y del afinador Cristóbal de León sugieren el transporte de algún instrumento de teclado hasta Córdoba y la del copista de la capilla real Pompeo di Russi el que sus servicios fueran necesarios durante esta estancia.