Oposiciones al magisterio de capilla de la catedral de Granada (1592)

En febrero de 1592, unos meses después de la muerte del maestro de capilla Jerónimo de Aliseda, el cabildo acordó que se pusieran edictos para proveer la vacante que había quedado en este cargo: “y que se pongan indiferentemente llamando clérigo o lego”. Se presentaron seis candidatos: Juan de Riscos, Juan Bautista Muñoz y Juan Fernández Garzón, maestros de capilla respectivamente de las colegiatas de Antequera, Alcalá la Real y Baeza, todos ellos clérigos presbíteros; el medio capellán de la capilla real Pedro Bermúdez, también clérigo presbítero, Cristóbal del Mármol, de la ciudad de Aguilar, clérigo de corona, y Luis de Aranda que había sido seise en la catedral y había desempeñado algunas obligaciones del magisterio de capilla durante las enfermedades de Jerónimo de Aliseda y servido el cargo desde su fallecimiento. Estas oposiciones fueron todo un “espectáculo” para la ciudadanía, ya que sus distintos actos fueron presididos por el arzobispo Pedro de Castro y Quiñones, estando presente el cabildo en pleno y hallándose en ellos “toda Granada”.

            Los exhaustivos exámenes que abarcaban las complejas técnicas de contrapunto improvisado, la composición de motetes y villancicos y la dirección de la capilla tuvieron lugar en el coro, después de las Vísperas, y se prolongaron a lo largo de cuatro días:

            Miércoles, 15 de abril:

“Fueron examinados todos, comenzando por el más moderno y así sucesive hasta el más antiguo, en contrapunto sobre canto llano que cantó un tiple y contrabajo a compás mayor y menor, y en contrapunto sobre canto de órgano sobre tiple a compás mayor y menor, y echaron tercera voz sobre un dúo y cuarta sobre un tercio”.

            Jueves, 16 de abril:

“Trujeron compuesto un dúo y un tercio y echaron sobre ellos tercera y cuarta voz, regieron el facistor, subiendo y bajando un punto, yendo cantando todas las voces, errándose los cantores los metieron. Dióseles letra para motete y canto llano para él, con orden que le compusiesen a cinco [voces], entrando la voz de canto llano y que no tuviese pausa hasta la fin dél”.

            Viernes, 17 de abril:

“Cantaron los motetes y porque el día antes pareció que no se pudo juzgar cómo llevaban el compás rigiendo el facistor tornaron a regirle subiendo y bajando un punto,  como dicho es, y metieron los cantores que se erraron de propósito. Dióseles este día letra y canto llano para chanzoneta, para que la hiciesen a cuatro de tiples con su responsión”.

            Sábado, 18 de abril:

“Todos trujeron su chanzoneta compuesta y se cantaron y con esto se acabó el examen”.

            Para la elección, el cabildo tomo en consideración la opinión “de los que allí se hallaron, peritos en la facultad, que algunos se convidaron especialmente para ello”. Como era habitual, se procedió por medio de la emisión del voto secreto, en el que participó también el arzobispo “a quien se llevó rótulo y caja cerrada”. Tras el recuento de votos, salió elegido el candidato de la casa, Luis de Aranda, sin que el documento consigne el número de votos que obtuvo cada uno de los distintos candidatos.