Dotación de una fiesta a San Eligio por el gremio de plateros de la Ciudad de México
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Resumen
La dotación de una fiesta a San Eligio por el gremio de plateros de la Ciudad de México incluía la celebración de vísperas, procesión, misa, sermón y un responso después de la misa por los miembros fallecidos de la cofradía del mismo nombre. En la procesión y en la misa debían cantarse villancicos compuestos expresamente para la ocasión.
Palabras clave
aniversario , vísperas , misa , procesión , responso , tañido de campanas , villancicos de San Eloy , sermón , proyecto cofradías , cofradías con advocaciones de santos y santas , cofradías cerradas , cofradías gremiales , villancico , gremio de plateros , cabildo de la catedral , capilla musical de la catedral , cofradía de San Eloy , Manuel de Sumaya (compositor, maestro de capilla)
El antiguo gremio de plateros de la Ciudad de México, del que se tienen noticias desde 1527 (fueron veedores del gremio ese año Etor Méndez y Diego Martín), tenía fundadas las cofradías de San Eligio (= San Eloy), la de la Limpia o Purísima Concepción de la Virgen María, la de Nuestra Señora de las Lágrimas, la del Santo Ecce-Homo y la congregación de Nuestro Amo (= Santísimo Sacramento). La de San Eligio tenía su sede en la capilla del mismo nombre que ya existía en la primera catedral y para la que, en 1618, se hace una imagen de este santo en plata: “de tamaño mediano, con ricas vestiduras pontificales y la mitra y el báculo de plata dorada”. La capilla de la nueva catedral, con la misma dedicación, fue inaugurada el 8 de diciembre de 1648, actualmente conocida como capilla del Señor del Buen Despacho, a raíz del traslado de esta imagen en la segunda mitad del siglo XIX. Manuel Carrera Stampa nos proporciona la lista de los mayordomos de la cofradía de San Eligio desde 1638, en que lo fueron Juan Sentíes y Ferete Matías, hasta 1847, en que desempeñaron el cargo José María Folco y Leandro Pinal. Su extinción probablemente tuvo lugar en 1861, coincidiendo con la supresión de todas las corporaciones religiosas y la nacionalización de sus bienes.
En este artículo, daré cuenta de una fundación llevada a cabo por la cofradía de San Eligio en la catedral de México. El documento consultado no cita la fecha de esta dotación pía, remitiendo para su escritura al Libro de los Aniversarios nº 12, fols. 1 y 16, pero sí especifica que, en 1751, ya se celebraba hacía muchos años.
Este aniversario, dedicado al patrón de los plateros, había tenido lugar los días 24 y 25 de junio durante un largo periodo de tiempo, pero debido a que la festividad que le correspondía en el calendario litúrgico se situaba el 1 de diciembre se decidió celebrarlo los días 30 de noviembre (vísperas) y 1 de diciembre (misa y procesión). El documento fundacional establecía que, ocho días antes del evento, la corporación gremial debía abonar a la catedral los 130 pesos estipulados en la escritura como estipendio por los actos litúrgicos del citado aniversario, el cual comprendía:
“Vísperas, procesión, misa, sermón y responso con doble de cabildo después de la misa; que desde la víspera al medio día, hora de vísperas, oraciones de la noche, para llamar a misa y horas de el choro y tiempo de procesión se ha de repicar como es costumbre; que el sermón lo ha de encargar el Illm. Señor deán y cabildo; que en la procesión y misa ha de cantar la capilla [de música] villancicos, por lo que añadieron 10 pesos más a los 120 pesos que de primero prometieron; y que les hayan de permitir la asistencia con cetros y hachas en la procesión y en sus asientos como en el aniversario de la Purísima Concepción”.
De los 130 pesos establecidos, 30 eran destinados a pagar la asistencia de la capilla de música. Esta fundación forma parte de un extenso grupo de dotaciones pías que se caracterizaban por generar un repertorio efímero específico que anualmente se cantaba en la festividad patrocinada, en este caso concreto con textos alusivos a San Eligio. Se ha conservado un testimonio fragmentario de estas composiciones en el conocido como Fondo Estrada, un conjunto de villancicos del archivo de la catedral de México descubierto por el musicólogo mexicano Jesús Estrada en la década de 1930 y que ha sido estudiado por Javier Marín López y Anastasia Krutitskaya. El autor de esta obra es el maestro de capilla de la catedral mexicana Manuel de Sumaya, por lo que la obra se compuso entre 1714 y 1738:
* [n.º 75 / n.º 82] Villancico a San Eligio. Atiendan, qué portento, escuchen, qué prodigio [2VV] ac (sf). Coplas: “Siempre a Dios contemplando Eligio”, Incompleto. El acompañamiento catalogado en el n.º 75 y las dos voces [A1T2] en el n.º 82.
Como hemos visto, en el registro de este aniversario se cita una segunda dotación, probablemente por la cofradía de la Purísima Concepción del mismo gremio de plateros, la cual no aparece reflejada por extenso en el documento consultado.