Bailes, instrumentos y música vocal en la misión jesuítica de las Islas Marianas (1668–1769)
Irving,
David
ICREA & IMF-CSIC
0000-0003-3849-1549
Resumen
La misión de los jesuitas se fundó en las islas Marianas (Micronesia) en junio de 1668 por Diego Luis de Sanvítores (1627–72). Como en América y Filipinas, los misioneros de la Compañía de Jesús introdujeron gran variedad de música vocal e instrumental, al igual que bailes de diversa procedencia. En las islas se cantaron distintos géneros de música litúrgica (misas, letanías, vísperas, himnos, oraciones, etc.) y paralitúrgica (villancicos y textos de la doctrina cristiana). Una relación de la fiesta del Corpus Christi celebrada en 1677 menciona las interpretaciones del himno Pange lingua y de un villancico en la procesión, así como de pavana, canario y tocotín (con orígenes tradicionales respectivamente de Italia, Canarias, y Méjico) asociados a la representación de un coloquio. Un documento sobre la expulsión de los jesuitas y de la enajenación de sus bienes en 1769, nos proporciona información sobre algunos de los instrumentos musicales que sonaron en las Islas Marianas en el siglo XVIII.
Palabras clave
sonajas , cascabeles , cascabeles , sonajas , flauta , gaita , chirimía , trompeta , arpa , guitarra , villancico , campana , campanilla , sacabuche / trombón , bajoncillo , violín , violón , corneta , papeles de música , bailes populares , canciones populares , hacer palmas , procesión (Semana Santa) , Pange lingua (himno) , procesión general , letanía , rosario , fiesta del Corpus Christi , pavana , canarios (baile) , tocotín , sermón , misa , coloquio , pitos , clarín , Diego Luis de Sanvítores (jesuita) , Juan de Santiago (cantor, indígena de Filipinas) , Felipe Tocsan (cantor, indígena de Filipinas) , Andrés de la Cruz (niño tiple, indígena de Filipinas) , Hipólito de la Cruz (arpista, indígena de Filipinas) , Compañía de Jesús , indígenas , niños , disciplinantes , capilla de música
Singing, dancing, and instrumental music were important parts of cultural life in the Jesuit mission to the Marianas from its foundation until the expulsion of the Society of Jesus from this distant outpost of the Spanish empire in 1769. Instruments contined to arrive with the regular galleons travelling from Acapulco to Manila. In 1669 Sanvítores requested an organ (and someone to play it), as well as church bells, small bells, four trumpets, and multiple hawksbells (cascabeles) of big and medium size (however, evidence that these items arrived has not yet been located). Shawms and sackbut were delivered in the late 1670s. A list of musical items among the Jesuit property confiscated by the government at the time of expulsion in 1769 included violins, recorders, harps, a viol, bassoon, cornettos, bells, and sheet music [“Diligencias hechas por S.M. sobre extrañamiento y ocupación de bienes de los Jesuitas en Marianas” (1769-86), AHSIC, FILEXP-11: E.I, d-11: 90, 92, 97, 108, 128].
Following his arrival in 1668, Sanvítores observed how frequently the Chamorro community engaged in singing and dancing, and he joined in with them, clapping his hand and singing texts about Jesus and Mary in their language [García, Vida, y martyrio, 216]. During his first year there, Sanvítores constructed a church and a school, dedicated respectively to the Dulce Nombre de María and San Juan de Letrán. The Indigenous Chamorro community appears to have adopted introduced musical practices—whether from the Jesuit missionaries or the Filipino musicians—relatively quickly. A description of the celebration of Holy Week in 1669 (in which year Easter Sunday was 21 April) in the report of the first year of the mission lists a full set of ceremonies and rituals, and describes in hyperbolic terms how the Chamorro children (“Niños Marianos”) sang “the prayers, the Doctrina Christiana, and the Ave Maria”
“Con occasion [sic] de avernos juntado todos los Ministros destas almas menos uno q[ue] queda entre tanto en la mit[a]d de las Islas p[ar]a las conferencias, q[ue] solemnos, y celebrar juntam[en]te con mas decençia los oficios desta prim[er]a Semana Santa q[ue] sea hecho gr[aci]as al S[eño]r y a la Santiss[im]a Virgen en su Nueba Iglesia Mariana como se pudieran hazer en iglesias muy antiguas con su Monum[en]to, Passos, y processiones, diciplinas de sangre y confesiones destos Neophitos aun no de año [sic], y sin faltar su buena Musica desta Capilla de la Santissima Virg[e]n que assi podremos llamar la escuela de los Niños Marianos, con cuyas buenas, y puras voces, y varios modos, y tonos ya lugubres, y alegres de cantar las oraciones, y Doctrina Christiana, y con singular gracia el Ave Maria.” [“Resumen de los succesos del primer año de la Mission en estas Islas Marianas” (26 April 1669), ARSI, Phil. 13, fol. 8r (postscript)]
The description of the festivities for Corpus Christi in 1677 mentions the singing of the doctrine, a procession with the singing of the Pange lingua, and the singing of a villancico while kneeling before an altar. It describes the performance of a coloquio by children, as well as three types of dances: a pavana, canario, and tocotín.
"el dia siguiente, despues del sermon, y missa solemne se formo la procession general: delante iban los standartes de las Residencias, y luego se seguian por un lado todos los niños, y por el otro todas las niñas, con el mayor adorno, y aseo, que cada una de las Residencias podia, y todos cantaban la doctrina christiana. A los niños seguian los Indios Principales de los Pueblos, que acudieron a la fiesta bien vestidos, y con velas encendidas en las manos: El Governador en medio de la Procession cerca de la Custodia llebaba un rico guion, o estandarte: y la Comunidad Religiosa con algunos musicos iban cantando el Pange lingua. Detras de la custodia que llebaba el preste en sus manos, venia la milicia con mucho lucimiento en forma de guerra, disparando a trechos, y bueltas muchas cargas: por ultimo y por todo el campo avia innumerables Indios, q[ue] estaban admirados de ver tal apparato, y se arrodillaban al verse a la presencia del Señor. Al llegar a cada uno de los altares, se colocaba en el la Custodia, y se cantaba un Villancico, arrodillados entre tanto todos, y despues de incensar, y decir la oracion, se proseguia adelante hasta concluir con todo dexando al Señor dentro de su casa. A la tarde se celebro la misma fiesta con un Coloquio, que representaron algunos niños, mezclandose a tiempos varios generos de bayles, como de Pavana, Canario, y tocotin (q[ue] equivale a los torneos de España) y lo vaylaron despues del Coloquio diez, o doce niños con mucho primor, y destreza, y no fue menos la que tenian en la representacion en lengua Española, con un gracioso, que era de talento superior para las tablas todo lo qual denota la capacidad, y abilidad destos naturales para formar en ellos una muy florida christiandad y republica; especialmente en los q[ue] aora se ban criando; porq[ue] los grandes arrastrados de la pesada cadena de sus vicios de sus barbaras y antiguas costumbres, no son tan aptos para recebir las [costumbres] politicas y Christianas." [“Relacion de lo sucedido en la Mission de Islas Marianas desde 10 de Junio de 1676 hasta mayo de 1677”, ARSI, Phil. 13, fol. 220r.]
The tocotín, clearly introduced from Mexico, represents the dancing of Aztec emperor Montezuma II. The genre was longlasting and was observed on Guam in 1819. Very little iconography survives from the first Jesuit “century” on the islands (from the beginning of the mission in 1668 until the orders for the expulsion of the Society were carried out in 1769). However, the dance was depicted in an illustration by Jacques Arago (1790–1855) which was published in 1825 within a volume of plates for the Voyage autour du monde by Louis Claude de Saulces de Freycinet (1779–1841).
The vocal and instrumental music and the dances introduced by the Jesuits to the Marianas follow patterns similar to those in the Americas and the Philippines. However, the Mariana mission was distinct for its sheer geographical isolation, with the mission relying on annual voyages from Acapulco to Guam, while en route to Manila.