Procesión de entierro de ajusticiados en Granada (1614)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Resumen
Descripción de la procesión de entierro de ajusticiados que anualmente organizaba la cofradía del Santísimo Sacramento y de Misericordia del hospital del Corpus Christi en el domingo de Lázaro o de Pasión (quinto domingo de Cuaresma).
Palabras clave
procesión mortuoria , procesión , traslado procesional de un difunto a la iglesia , responso , misa de réquiem , proyecto cofradías , cofradías sacramentales , tañido de campanas , capilla musical de la catedral , cofradía del Corpus Christi de Misericordia y de Ánimas Benditas del Purgatorio , clerecía , frailes , caballeros , gentío , nobleza
El cronista Francisco Henríquez de Jorquera nos proporciona la descripción de una procesión que se repetía anualmente en la ciudad de Granada. El caso concreto que nos relata se sitúa en el Domingo de Lázaro de 1614. Esta es la denominación que se da al Domingo de Pasión (quinto domingo de Cuaresma) que ese año cayó el 16 de marzo. Entre los terribles métodos de castigo a los ajusticiados estaba el de hacerlos "cuartos". Se trataba de un desmembramiento realizado post mortem en el que se decapitaba el cuerpo y se cortaba en cuatro partes que se ponían en lugares públicos para que sirviera de escarmiento a la población. Diferentes cofradías se encargaban de recogerlos y darles cristiana sepultura. Veamos como describe el cronista granadino este evento concreto:
“Domingo de Lázaro de este dicho año [1614], los hermanos y cofrades del Santísimo Sacramento y cofradía de Misericordia que se sirve en el hospital del Corpus Christi de la ciudad de Granada, dieron principio al piadoso entierro de los ajusticiados que hacen cuartos y ponen por los caminos; que le hicieron con la mayor pompa y celebridad que se ha visto, con mucho y lucido acompañamiento de clerecía y cofradías y frailes de muchas religiones, a los cuales se les dio cera y limosna acostumbrada que se les da en los acompañamientos de los entierros. Pusieron las cajas de los ajusticiados, que fueron cinco, en el humilladero de San Sebastián, desde donde empezó la procesión o entierro hasta el dicho hospital que es grandísimo trecho, siguiendo calle derecha por la carrera y puerta del Rastro, por la Herrería y plaza de Bibarrambla y Zacatín, señor San Gil al dicho hospital. Hubo en este distrito cuatro camas, a trechos, a donde descansaban las dichas cajas y se les decía su responso con la música de la santa iglesia. Llevaban las dichas cajas caballeros de hábitos con grande acompañamiento de caballería, ciudadanos y gente noble y ansí mesmo fue sin número el acompañamiento de gente ciudadana y mercaderes que acompañaron con hachas de cera blanca, que pasaron de más de trescientas personas y fue tanto el gentío que había por las calles que no se podía pasar sino con grande apretura. Fue uno de los días más célebres que se han visto en Granada y quedó establecido para perpetua memoria con licencia que dio el señor arzobispo”.
Un auto capitular de la catedral de Granada de 9 de marzo de 1717 deja constancia de que esta procesión seguía efectuándose una centuria más tarde, con la solemnización del tañido de campanas de la torre catedralicia:
“Dieron las campanas de la forma ordinaria para los dobles del entierro que la hermandad de la Caridad del Corpus Christi hace de los huesos de los ajusticiados que traslada públicamente a la iglesia de San Gil, según y como se ha ejecutado otros años”.