En la colegiata del Salvador, al igual que ocurre en el resto de las capillas musicales granadinas, son sus instrumentistas los que, ocasionalmente, se encargan del adiestramiento de los seises en el manejo de distintos instrumentos. El 22 de diciembre de 1759:

 “Se vio un memorial de D. Francisco de Carrión, violín primero de la capilla de música de esta iglesia en el que pedía a este cabildo le acrecentara alguna renta en atención a su mucha pobreza y estar enseñando violín a los seises de esta iglesia. Y por todos votos se le augmentaron 4 ducados y que en adelante se le tendría presente si procuraba asistir a su obligación”.

Los seises, en esa fecha, eran Faustino Barragán, Pedro Molina y Pedro Tarifa. Justo un año después, el 23 de diciembre de 1760, dos de ellos pidieron una ayuda de costa para comprar sus violines, de lo que se deduce el progreso que habían adquirido con las clases recibidas:

“También se vieron dos memoriales de Faustino Barragán y el otro de Pedro Molina, seises de la capilla de música de esta iglesia, en el que suplicaban a este cabildo se sirviese librarles algún socorro para ayuda a comprar violines. Y se resolvió se les libren a cada uno diez reales de ayuda de costa”.

Tanto Francisco de Carrión como los seises Faustino Barragán y Pedro Tarifa desempeñarán su trabajo como violinistas tanto en la capilla de música de la colegiata como, posteriormente, en las de la capilla real y la catedral.