Últimas jornadas de Francisco Guerrero en Jerusalén (1588)

Ruiz Jiménez, Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988

Resumen

Últimas jornadas de Francisco Guerrero en Jerusalén (1588).

Palabras clave

viaje , Francisco Guerrero. El viaje de Jerusalén , Itinerario del viaje a Jerusalén de Francisco Guerrero , cartografiando Francisco Guerrero , Francisco Guerrero (compositor, maestro de capilla) , Francisco Sánchez (músico) , Felipe II (rey) , Fernando I de Médici (III duque de Toscana) , Mateo Salerno (franciscano) , Luis de Quesada (franciscano) , Atala (trujaman) , Gian Battista da Montegiano (franciscano, Custodio de Tierra Santa)


Una vez que salieron de la iglesia del Santo Sepulcro, Francisco Guerrero y Francisco Sánchez estuvieron todavía algunos días en Jerusalén, aguardando a que su traductor y guía, Atala, organizara el viaje que debía conducirlos a Damasco. En esos días de espera, Guerrero nos dice: “reiteramos muchas veces las demás estaciones del Monte Sión u Olivete”.

Llegaron en ese tiempo a la ciudad, siguiendo la ruta de El Cairo, cuatro frailes franciscanos, dos italianos y dos españoles. Uno de ellos era Mateo Salerno, el cual venía como “comisario de Jerusalén” y traía joyas y otros ornamentos y objetos para la iglesia del Santo Sepulcro, ofrendadas por “señoras de España y de Italia”, así como un cáliz “rico” dado por Felipe II y otro más, “muy rico”, que junto a una lámpara ofrecía el “duque de Florencia”, probablemente Fernando I de Médici que ostentaba el título de III duque de Toscana desde el fallecimiento de su hermano Francisco I de Médici, el 19 de octubre de 1587. Uno de los dos frailes españoles, Luis de Quesada, era, como Guerrero, natural de Sevilla.

Los cuatro franciscanos llegados a Jerusalén recorrieron las distintas estaciones de la ciudad y alrededores: “en diez o doce días, en las cuales yo les acompañé porque nunca cansa el ir y venir a ellas”. En estas visitas, de nuevo, cantarían y rezarían las antífonas, himnos y oraciones que hemos recogido en otros artículos y que estaban recopiladas en un libro que los frailes franciscos debían proporcionar a los hermanos que peregrinaban hasta la Ciudad Santa.

Pasados estos días, empezaron a gestionar su regreso a Sevilla. Su traductor y guía, Atala, les aconsejaba que regresaran con él a Jafa, pero el padre Salerno no quería navegar la costa de Palestina, “porque entraba ya el invierno”, y así decidieron ir por tierra hasta Trípoli (Líbano) que, como veremos, haría el viaje de retorno más largo. 

Fray Gian Battista da Montegiano, Custodio de Tierra Santa, dio a todos los peregrinos: “las patentes y testimonio de nuestra entrada en Hierusalém, escriptas en pergamino y con el sello del sancta [sic] Cenáculo”. En los recursos pueden ver cómo eran estos “certificados”, ejemplificados en el que el custodio Gaudenzio Saibanti emitió al peregrino Lukas Friedrich Behaim en 1611.

Guerrero dice haber pasado un mes en Jerusalén y los franciscanos a los que me he referido quince días. Como vimos en la etapa correspondiente, el compositor, junto a su discípulo, habían entrado en la ciudad de Jerusalén el 22 de septiembre de 1588, día de San Mauricio, por lo que su partida debió tener lugar a finales de octubre, sin que se pueda precisar la fecha concreta.

Recursos

Hierusalem. Agostino de Angelis (1578)

El viaje de Jesusalén. Francisco Guerrero (Sevilla, 1592), fols. 67v-69v

Certificado del peregrino Lukas Friedrich Behaim dado por el custodio Gaudenzio Saibanti (1611). Stadtarchiv Nürnberg bzw. StadtAN, sig. E11_I-204_1

El viaje de Jesusalén. Francisco Guerrero. Últimas jornadas en Jerusalén (1588)