La fiesta del Mawlíd en la Alhambra
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Resumen
La descripción de la fiesta del Mawlíd celebrada en la Alhambra el 29 de diciembre de 1362 nos proporciona los detalles de una ceremonia en la que la fusión del banquete ofrecido y de los rituales sufíes nos acercan a una faceta del complejo y sofisticado paisaje sensorial de este palacio nazarí.
Palabras clave
mawlíd (fiesta del nacimiento del profeta Mahoma) , casida mawlidiyya , sonido del agua , salmodia coránica , dikr (= zikr) , Yúsuf I (sultán de Granada) , Muhámmad V de Granada (sultán de Granada) , Yúsuf III (sultán de Granada) , Ibn al-Jatíb (poeta, historiador, filósofo, político) , cofradía sufí (tariqa) , Al-Marini (cantor)
Una de las fiestas religiosas más importantes y características del periodo nazarí en Granada eran las fiestas del Mawlíd en las que se conmemoraba el nacimiento del profeta Muhámmad, establecidas para competir con la festividad cristiana de la Navidad. Las fuentes musulmanas apuntan al asceta y poeta ceutí Abu Abbás al-Azáfi (1162-1236), perteneciente a la familia de los Banu Azáfi de Ceuta que se había exiliado en Granada en la época nazarí, como el introductor de la fiesta del Mawlíd en la ciudad. García Gómez señala que las primeras referencias a esta fiesta en Granada datan del reinado de Yúsuf I (1333-1354).
Ha llegado hasta nuestros días la descripción de la fiesta del Mawlíd del año 1362, celebrada en la Alhambra el 29 de diciembre. El sultán Muhámmad V invitó a su palacio a un gran número de personas, tanto de la ciudad como del reino, entre los que había miembros de la familia real, ulemas, representantes de las cofradías místicas (sufíes y faquires), algunos cristianos, comerciantes y notables de la ciudad. Ibn al-Jatíb nos cuenta que el sultán se encontraba en la torre de la Victoria, actualmente conocida como torre de los Puñales o de Machuca, “que se asoma a la ciudad... el oído del que está dentro puede escuchar las cadencias de las aguas que vienen de los derrames de las albercas de la fortaleza, y el bullicio de la gente de la ciudad”.
La celebración del Mawlíd tiene dos componentes esenciales: el banquete y los rituales sufíes. Ibn al-Jatib nos proporciona una relación detallada de los variados platos ofrecidos durante esta fiesta, con carnes, frutas, mieles y pasteles, servidos en lujosos recipientes de madera y cristal, traídos de diversos lugares y adornados de figuras de animales.
Delante del trono, situado en el mexuar, se dispuso un gran espacio para el horologio, el cantor y las danzas del dikr sufí. La fiesta se inició a las cinco menos cinco de la tarde y se prolongó hasta el amanecer. Para señalar el paso de las horas, el sultán mandó colocar un “horologio extraordinario”, un complejo reloj que mediante un cirio encendido marcaba el paso del tiempo y en el que “cada vez que la hora pasaba caía la piedrecita en el platillo en el que se resonaba. Se abría la taca y se obtenía el trozo de papel, y así hasta el fin de la noche”. En este trozo de papel había un poema que era recitado y que había sido compuesto por Ibn al-Jatíb. En el texto que describe la fiesta se recogen once poemas para las distintas horas de la noche que fueron recitados por el cantor al-Marini. A lo largo de esta dilatada velada, se sucedieron una serie de eventos religiosos, entre ellos tres plegarias rituales, literarios y musicales que debían haber sido preparados cuidadosamente, al igual que los servicios necesarios para atender al gran número de invitados, en lo que debió ser una inigualable experiencia multisensorial.
Se han conservado casidas mawlidiyya-s escritas por varios poestas granadinos durante los reinados de Yúsuf I, su hijo Muhámmad V y Yúsuf III, entre ellos Ibn al-Jatíb, Sustari, Abu Isaac, etc. Este género poético-musical ha llegado hasta nuestros días y se pueden escuchar en las fiestas musulmanas en las que se invoca a Dios, al profeta Muhámmad y a la luz de la creación. En ellas se salmodían la Casida al-Burda, sobre las propiedades sobrenaturales del manto del profeta, y la Casida al-Hamziyya de al-Busíri que pudieron formar parte de la tradición religiosa granadina.