En la sección Estado del Archivo Histórico Nacional, se conserva un documento, fechado el 17 de enero de 1754, en el que el licenciado José Vázquez Venegas, canónigo de la colegiata de San Hipólito de Córdoba, remitía a José Carbajal y Lancaster, ministro de Estado, un informe en el que se daba cuenta de la dotación de las capillas de los siglos XIII y XIV en la catedral de Córdoba y de las memorias fundadas en ellas. Señala con una E las catorce capillas que se habían extinguido y con una P las dieciocho que todavía existían.

Con una P está señalada la capilla de Nuestra Señora de la Expectación. Su fundación tuvo lugar por una escritura pública fechada el 12 de abril de 1364 (era 1402) entre Juan Sánchez de Funes, trece de Córdoba y III señor de la Albaida, vecino de la collación de Santo Domingo, y el deán y cabildo de la catedral de Córdoba. La capilla, con la advocación de Nuestra Señora de la Expectación, ya estaba hecha en el lugar que le habían dado para enterramiento suyo, de su mujer Leonor González y de los descendientes de ambos, “en la nave de San Nicolás y Santa Marina”. Ese mismo día enterraban en ella a Marina, su hija, entregando al cabildo 300 maravedís. Por otro lado, se comprometía a dar a esta institución otros 300 maravedís para poner en ella un capellán “que sirviese perpetuo y después de sus días”. Una vez fallecido, dejaría una propiedad que rentara los 600 maravedís de esta dotación. El cabildo, por su parte, se obligaba a celebrar en su capilla doce memorias y un aniversario.

Pedro González de Hoces, chantre de la catedral, según consta en su testamento, fechado el 16 de abril de 1489, acometió la remodelación de este espacio y amplió su dotación. Se mandó enterrar en esta capilla “que el había edificado y antes se llamaba de los Funes”. Instituyó en ella tres capellanías perpetuas y una sacristía con residencia de coro, dejando por patronos al deán y cabildo de la catedral.

En esta capilla debían celebrarse con especial solemnidad las festividades de la Epifanía, San Sebastián, Purificación de Nuestra Señora, San Antonio de Padua, San Miguel, santos Cosme y Damián, Santa Bárbara, Santa Lucía y la “Encarnación de Nuestro Señor Jesucristo, el sigundo día después del de la Encarnación que es el de Nuestra Señora de la O”.

Según el referido documento de 1754, en el Libro de Memorias de la catedral de Sevilla hay distintas anotaciones relacionadas con las que debían oficiarse por los fundadores de esta capilla:

- En el mes de agosto: “De Juan Sánchez de Funes y su mujer, en su capilla, allí del chantre don Pedro González de Hoces que la reedificó y dotó”.

- En el mes de septiembre: “De Juan Sánchez de Funes y su mujer, en su capilla que dotaron con ocho aranzadas de viña en la Arruzafa, unas casas de repartimiento y un cortijo”. Precisa que estas tierras y casas procedían del repartimiento que el rey Fernando III había concedido en la conquista de la ciudad a Juan de Funes “su home”, y para sus descendientes, según constaba en una carta de donación fechada en Valladolid el 7 de noviembre de 1238 (era 1276).

Juan de Funes fue recompensado también por el rey Fernando III con la fortaleza árabe de la Albaida, el 7 de noviembre de 1238, constituyéndose en el I señor de la Albaida. Juan Sánchez de Funes, III señor de la Albaida, era su nieto. Su hija, Leonor Sánchez de Albaida, IV señora de la Albaida, casó con Pedro González de Hoces. El chantre homónimo, ya citado, era biznieto de Juan Sánchez de Funes, hijo de Diego López de Hoces y María Méndez de Sotomayor.

En 1554, se aprobaron las constituciones de esta capilla, las cuales fueron impugnadas por los capellanes que la servían, lo que llevo a modificarlas en 1566.

Una noticia de 1744, nos permite saber que la capilla acababa de ser nuevamente remodelada: “Una de las capillas que tiene nombre de los Hoces fue preciso renovarla toda porque se venía abajo. La compusieron los capellanes muy decentemente con el dinero que hicieron de sus rejas [laterales], añadiendo ellos lo que faltó el año 1743… Se estrenó el día 18 de diciembre de el mismo año. Pintó el licenciado don Pedro [Ruiz Morián] Moreno”. El cuadro central del citado pintor representa la Anunciación. Sobre él se tallaron los escudos de la familia Hoces y en el ático se encuentra un Crucificado del siglo XVI, flanqueado por dos medallones en los que están pintados San Juan Bautista niño y San Juan evangelista. En los cuerpos laterales hay dos hornacinas con esculturas de ángeles.

En el suelo de la capilla hay una lápida que señala el enterramiento del fundador Juan Sánchez de Funes con la fecha de la era, 1402 (= 1364).

El documento de 1754 nos proporciona un dato más: “A esta capilla tiene derecho don Lope de Hoces [Paniagua], caballero de esta ciudad, marqués de Santaella [no tenía este título], conde de Hornachuelos [V], señor de Albaida [XVI], Villaverde, etc, como descendiente legítimo de Leonor Sánchez, hija del mencionado Juan Sánchez de Funes, su fundador y mujer de Pedro González de Hoces”.

Esta capilla ha sido la más afectada como consecuencia del incendio acaecido la noche del 8 de agosto de 2025. Confiamos en que se proceda a su restauración lo antes posible.

Este trabajo se ha realizado dentro del Proyecto de Investigación CateCArq. La arquitectura y los usos y costumbres de las catedrales de la provincia eclesiástica de Toledo hasta el concilio de Trento, liderado por Eduardo Carrero Santamaría [PID2023-149168NB-I00].